Las implicaciones de la verdadera libertad
Quisiera empezar recordando las palabras de Gerardo Fernández Noroña, cuando en sus conferencias habla de la conformación de los movimientos basados en la desobediencia civil: el ciudadano debe estar dispuesto a perder el trabajo (o la escuela), la libertad y la vida. Muy cierto, se requiere de un gran valor para encabezar una protesta que desafíe al orden establecido y más aún, para transformarla en un movimiento de desobediencia civil. Recordemos un poquito la historia del movimiento de independencia de la India, encabezado por Mohandas Karamchand Gandhi [1]. Él pensaba que era importante guiarse por la conciencia, incluso si te llevaba a la desobediencia. Impulsó a su pueblo a recuperar sus tradiciones y a valorarlas; mediante el ejemplo, los motivó a producir su propia vestimenta y su propia sal. Con ello, dejaron de adquirir los productos producidos por el imperio británico, lo que le supuso graves pérdidas económicas. La reacción no se hizo esperar: reprimieron al pueblo intentando que no recolectara la sal y que no confeccionara su ropa. No obstante, fracasaron. Con el tiempo, el ejército británico, uno de los más poderos del planeta, terminó doblegándose ante un pueblo que desobedecía sin recurrir a la violencia; uno que no devolvía los golpes pero que actuaba con contundencia. La estrategia de Gandhi demostró ser una manera eficaz para liberar a un pueblo a través de una desobediencia civil, pacífica en tanto que no reacciona ante las provocaciones violentas, pero totalmente activa en la medida que ejecuta acciones concretas que desafían al sistema establecido; lo confrontan.
La idea de una desobediencia civil pacífica confrontativa, a la manera en la que se aplicó en la India, no puede ser trasladada de forma directa al caso de México. Por un lado, el mexicano no está dispuesto a recibir sobre su cuerpo el embate de las agresiones de la policía o del ejército; por otro, el contexto geopolítico es diferente. No obstante, su esencia es recuperable. Valiéndonos de los medios modernos, es posible actuar de manera tal que enfrentemos al sistema (grandes consorcios, trasnacionales e incluso el mismo gobierno), le hagamos daño y sobrevivamos a él. Sin embargo, hay que tener presente que para incorporar un activismo de esta índole en nuestra vida cotidiana, se requiere de un compromiso férreo que nos permita adquirir los conocimientos necesarios para lograr una alta independencia del modelo económico imperante, tanto en lo individual como en lo colectivo. Estas son algunas medidas que podemos tomar.
En lo individual
Comprar al productor local
De alguna manera, intuimos que es mejor comprar los productos locales que los industrializados o importados. Y es correcto. Para la economía de nuestro entorno inmediato, es mejor que compremos los que han sido elaborados por los productores locales. Mediante esta acción coadyuvamos a su subsistencia y favorecemos que continúen su labor productiva, al tiempo que logramos que el dinero circulante no se fugue de nuestro entorno. Ese entorno inmediato bien puede ser nuestro pueblo, ciudad, estado o nación. Así pues, es preferible pagar por los bienes producidos por mexicanos, ya que ayudamos al productor nacional, que comprar bienes producidos por empresas trasnacionales, lo cual trae como consecuencia que la mayor parte del dinero vaya a parar a los bolsillos de los empresarios extranjeros y se fugue del país. Y dentro del contexto nacional, es mejor comprar a los pequeños productores antes que a los grandes. De esta manera, también fomentamos su crecimiento, lo que a su vez favorece el equilibrio económico de la sociedad. Siguiendo esta lógica, es mejor comprar productos nacionales en los mercados locales que en los grandes supermercados, además de que suelen ser más baratos. Sí, esta es una de las muchas maneras de no alimentar al monstruo.
Aprovechar nuestro terreno
El tener macetitas con las hierbas que más usamos, un jardín con hortalizas y árboles con las frutas que más consumimos, constituye otra manera de ganar independencia mediante la generación de nuestros propios recursos. Todo ello sin mencionar que tendremos la certeza de haberlos cultivado sin pesticidas o aditivos. Asimismo, generar nuestra propia composta para nutrir nuestro jardín y macetas es un gran recurso para reusar la materia orgánica que en principio desecharíamos y reintegrar los nutrientes a la tierra. Sólo debemos prestar atención a la calidad del agua y del suelo usados para el cultivo, de modo que podamos decidir si plantar directo en la tierra o mejor en macetas protegidas bajo techo.
Filtrar el agua que consumimos
Otro punto de acción y de gran importancia está en el agua para consumo humano. Comprar un filtro de agua para satisfacer las necesidades domésticas, siempre será mejor y más barato que la compra interminable de garrafones a las grandes empresas de líquidos embotellados, las cuales, además de generar grandes cantidades de plásticos contaminantes, explotan nuestros manantiales y demás recursos hídricos con la complacencia del gobierno. El agua, al ser un derecho humano, no debe verse como un bien para lucrar. Observe, por ejemplo, que con frecuencia cuesta más una botella de agua que una de refresco azucarado. Con esto, de alguna manera se fomenta la ingesta de bebidas azucaradas, lo que a su vez contribuye a la generación de un gran problema de salud pública. Por lo tanto, tomar agua filtrada por nosotros mismos es una forma de liberarnos del sistema, de ahorrar dinero y de reducir la contaminación del planeta. Sí, es necesario comprar el equipo adecuado, pero es una inversión accesible (unos 1000 pesos para un filtro sencillo, muy eficaz para su uso con el agua de suministro público y alrededor de 300 pesos al semestre para reponer los cartuchos de carbón activado) que se amortiza en apenas unos meses, dependiendo del costo de cada garrafón de agua y de la frecuencia con la que se les compre [2, 3, 4]. Y todo esto sin mencionar que la calidad del agua filtrada es incluso mejor que la que contienen muchos garrafones, los cuales, al ser lavados pero no esterilizados, tienden a favorecer el crecimiento de bacterias en el líquido vital [5].
Hasta hace no muchas décadas y en algunas ciudades del país, era común encontrar casas con sistemas de recolección de agua de lluvia. Mi propia abuela tenía uno compuesto por tuberías que recolectaban el líquido que escurría de los techos y lo depositaban en grandes tinacos de concreto. Y no sólo eso, también contaba con un pozo dotado de una bomba mecánica impulsada por el viento (molino de viento, localmente conocido como “veleta”) para la extracción del agua. Esta clase de implementos quizá hoy sean más útiles de lo que fueron en el pasado, por lo que deberían ser recuperados. Debido a la contaminación de los mantos acuíferos y del aire, ahora sería necesario añadir un sistema de potabilización del agua. Algo que es perfectamente posible en la actualidad.
No debemos olvidar la reciente revelación de un hecho alarmante: 83% del agua del planeta se encuentra contaminada con pequeñas partículas de plástico [6, 7]. Para ayudar a revertir esta situación, la disminución del consumo de agua embotellada redundará en una reducción de los desechos plásticos que acaben en el mar y otros depósitos de agua. La solución cabal del problema pasa por superar desafíos todavía mayores, ya que los intereses de la industria podrían poner un freno a las medidas encaminadas al mejoramiento del ecosistema. Por ahora, como individuos, podemos hacer un trabajo consciente por reducir nuestro uso de plásticos y filtrar el agua que consumimos.
Cambiar la TV de paga por las alternativas gratuitas
Por otro lado, para desafiar al sistema, existen opciones algo más atrevidas que la elección de los productos necesarios para la vida. Por ejemplo, ¿es usted usuario de algún servicio de televisión de paga como Dish, Sky, Cablevisión o semejante? Si es así, una buena medida sería renunciar a él. No sólo porque dejaría de erogar cientos de pesos al mes, sino también porque dejaría de pagar por programación de muy pobre calidad. Veamos cómo podría proceder. Seguramente ha notado que muchos de los canales “locales” también son accesibles con una buena antena aérea. Otros, aunque vienen en el paquete de programación, en los hechos pueden verse sintonizando su señal satelital sin necesidad de pagar por ellos (son gratuitos y de libre acceso). En el mundo de la televisión satelital, existe una oferta considerable de canales libres (FTA) a los que se puede acceder mediante una antena parabólica de foco primario o de foco desplazado (“offset”). Para ello, se debe adquirir el equipo adecuado que comprende la antena receptora y sus componentes, el cableado, la herramienta para la instalación (si lo hace usted mismo) y el decodificador. Por ejemplo, canales como Russia Today en HD (en español), HispanTV, DW en español y alemán, NHK en HD (inglés y japonés), CCTV en español, inglés, francés y mandarín, entre otros, son sintonizables gratuitamente a través del satélite Intelsat 21 (58W) en la banda C. Pero no es la única opción. Existen otros satélites con ofertas culturales y de entretenimiento muy interesantes. Por ejemplo, el satélite Hispasat 30W, que transmite en la banda Ku, permite sintonizar canales de la televisión cubana como Cubavisión, Educativo uno y dos, teleSUR en retransmisión, HispanTV y muchos más. Cuando los canales son gratuitos, las compañías que le brindan el servicio de televisión le cobran por llevárselos hasta su casa. Para liberarse de esta sangría mensual, se necesita una inversión que en principio puede parecer alta (de 3 a 5 mil pesos mexicanos) pero a la larga siempre termina por ser más económica. El desafío con esta medida está en adquirir los conocimientos necesarios para gestionar la instalación de su propia antena aérea y satelital, así como para elegir los satélites que sean de su interés. Es por eso que el conocimiento es poder. Por supuesto, también podría pagar a un técnico para que hiciera su instalación.
Transitar hacia fuentes de energía alternativas
Siguiendo la idea de una desobediencia civil activa, no podemos dejar de lado el hecho de que nuestro mundo moderno se vale de la energía eléctrica para funcionar. En este sentido podemos notar que, a diferencia de hace 20 años, la tecnología solar y eólica para la producción de energía eléctrica es considerablemente más barata. En localidades de difícil acceso de nuestro país, se ha planteado el uso de estos recursos debido a la dificultad para realizar el tendido eléctrico convencional. Proyectos como estos fomentan la independencia energética y hay que saber que, de hecho, uno puede usar su techo para disminuir su consumo energético, tanto el eléctrico como el de gas. El uso de los calentadores de agua solares, de los paneles fotovoltaicos y de los generadores eólicos ya es una realidad. Nuestro consumo energético puede ser reducido en gran medida gracias a la disponibilidad de esta tecnología, al punto tal, que podríamos llegar a ser realmente autosuficientes con una instalación adecuada. Por supuesto que requiere de una inversión inicial (de entre 15 a 20 mil pesos; aunque depende mucho del tipo de instalación y el vataje requerido) que podría disuadirnos de iniciarnos en este mundo. Sin embargo, los beneficios a largo plazo no sólo se notarán en nuestra economía sino también en el ambiente. De nuevo, el conocimiento es poder. Por lo tanto, la independencia energética, al liberarnos de los cobros injustos por el suministro eléctrico y de gas, nos provee de otro mecanismo para confrontar al sistema.
Manejar nuestro capital
En referencia a nuestro capital económico, habrá que plantearnos la posibilidad de diversificar nuestras opciones. El tener todos nuestros ahorros en instituciones bancarias puede ser altamente inconveniente. Para empezar, el uso del sistema bancario cuesta. Se venden como un lugar “seguro” de resguardo para el dinero, fruto de nuestro trabajo, al cual le restan el costo de diversos servicios financieros. Las comisiones, por el simple hecho de usar una cuenta bancaria, pueden representar una sangría mensual o por lo menos una pérdida constante de dinero. El uso de los cajeros automáticos para realizar retiros de efectivo puede tener un costo nada despreciable, especialmente si no es posible usar los del banco al que se está adscrito. Asimismo, si el banco experimentara problemas u ocurriera una repentina crisis económica, de la noche a la mañana podría impedir el retiro de efectivo, lo que generaría graves problemas de solvencia en la población, como ya sucedió en otros países (por ejemplo, Argentina). En general, el negocio del banco es generar dinero a partir de la deuda. Mediante el otorgamiento de créditos con tasas de interés elevadas, transforman deuda (dinero que no existe) en dinero real producto de nuestro esfuerzo cotidiano. Además, estas instituciones brillan por su poca fiabilidad con el manejo de nuestro capital, ya ni se diga de los obligados fondos de pensiones [9]. Muchos bancos a lo largo de la historia han quebrado y han sido rescatados por los gobiernos, produciendo una gran generación de deuda pública y un enriquecimiento grosero por parte de los “quebrados”. Así que, mantener todos nuestros ingresos en los bancos no es sabio por ningún ángulo. De hecho, los “magnates” conocen bien esto, por lo tanto no ponen todos sus huevos en la misma canasta; diversifican. Ellos invierten, no ahorran; adquieren activos: compran bienes raíces y generan nuevas empresas. Nosotros, como ciudadanos “promedio” no contamos con las grandes cantidades de capital (o de créditos) con las que cuentan algunos pocos humanos del planeta. Sin embargo, en pequeño, podemos hacer algunas cosas. Para empezar, si va a ahorrar, hágalo con bienes que no pierdan valor con el tiempo. En este sistema económico, metales como el oro o la plata son bienes que oscilan en cuanto a su valor, pero que tienden a la alza a mediano y largo plazo. El mercado del oro y la plata es de gran importancia a nivel internacional ya que históricamente, estos metales siempre han sido utilizados como moneda de cambio a lo largo y ancho del globo. En la actualidad, tienen un valor agregado debido a su uso en la tecnología moderna. Por lo tanto, son bienes que suelen ser manipulados por los bancos para influir en los mercados internacionales a través de los llamados “contratos a futuro”, que no son más que promesas de compra de dichos materiales. Ello produce que en estos momentos, la plata se encuentre muy por debajo del valor esperado [10, 11, 12, 13], razón por la cual, es momento de invertir en la plata. En México, por ejemplo, contamos con las onzas de la Serie Libertad, que actualmente se encuentra a un precio relativamente accesible [14], por lo que es una gran oportunidad para hacerse con ellas, sobre todo por el hecho de que el Dólar va en picada, y en consecuencia, el Peso. De igual forma pasa con terrenos o casas (bienes inmuebles); si le es posible, compre sin recurrir al crédito; de lo contrario cerciórese de que sea lo menos agresivo con su dinero. Tome en cuenta que, en el caso de una crisis económica real, los créditos pueden convertirse en un salvavidas de plomo; hay que aprender a manejarlos para que nos beneficien.
Por otro lado, tenemos a las criptodivisas que nacieron con el bitcoin en el año 2009 [15]. Estas divisas son una alternativa libre e independiente del sistema bancario. Pueden usarse para realizar transacciones comerciales sin requerir de los servicios de pago privados tipo PayPal o las tarjetas de crédito, los cuales, suelen cobrar comisiones. Su mayor beneficio radica en que cada usuario es dueño de su propio dinero y lo guarda como mejor le parezca. Se hacen intercambios de bienes con esta divisa de forma directa entre sus usuarios y, aunque muchas veces hacer esto con un intermediario (banco) puede brindar cierta seguridad, la realidad es que nos resta libertad pues dependeremos siempre de un tercero que cobra por su servicio. Si pensamos en una criptodivisa como una forma de ahorro, sería algo similar a cuando una persona cambia pesos a dólares para que, ante una eventual devaluación, no pierda tanto, con la ventaja de que la criptodivisa puede usarse directamente; es decir, sin necesidad de convertirla a pesos. Por su parte, el dólar tendría que cambiarse a pesos y en cada cambio existiría una pérdida; lo que conocemos como tipo de cambio a la compra y a la venta.
A nivel internacional, Venezuela ha apostado por El Petro, la criptodivisa del Gobierno Bolivariano respaldada por sus reservas nacionales de petróleo y próximamente por el Petro Oro, la cual estará respaldada por sus reservas de este metal. Debido a que Estados Unidos controla la moneda de intercambio mundial: el Dólar (y el Petrodólar [16]), tiene el poder de sancionar de forma unilateral a los países que no se alinean con sus designios, como es el caso de Venezuela. Sin embargo, gracias al Petro, que no depende de ningún sistema bancario, el país sudamericano estará en condiciones de evadir esas sanciones. Como individuos, invertir en criptomonedas es otra forma de diversificar. Por supuesto, primero es importante darnos a la tarea de estudiar la manera adecuada para adquirir estas divisas.
Como se puede ver, en lo individual, existen muchas maneras de ganar independencia del sistema económico mundial predominante que nos resta libertad. Sin embargo, existen otras formas que incluyen a la comunidad a través de proyectos colectivos.
En lo colectivo
Fomentar el trueque
Recordemos un concepto muy antiguo de comercio: el trueque. Mucha gente está retomando esta idea, no sólo con el intercambio de bienes materiales (como los productos que cultivamos en nuestro jardín o manualidades que hacemos) sino también con el de bienes inmateriales como el conocimiento. En lugar de utilizar una moneda (en nuestro caso el peso mexicano) para el intercambio, se usan bienes, materiales o no. Por ejemplo, si yo supiera hablar otro idioma y usted necesitara aprenderlo, podría darle una clase y usted podría pagarme con algún conocimiento que tuviera y que me ayudara a resolver algún problema en particular. Por ejemplo, si usted supiera de psicoterapia, a cambio podría brindarme una sesión de terapia. Un trueque de bienes inmateriales. De esta forma, aun sin tener dinero, nuestro trabajo y conocimiento tienen valor y pueden ser usados para adquirir bienes o servicios, sin intermediarios, logrando así que la gente tenga más opciones para sobrevivir ante el descalabro económico sufrido, no sólo en nuestro país, sino también en el mundo.
Una moneda alternativa y consensuada
En México, ha sido tal la necesidad de alternativas al peso para el intercambio comercial, que en el año 2010 se creó, en la comunidad El Espinal en el estado de Veracruz, una moneda alternativa, el Túmin [17, 18, 19]. Esta iniciativa fue motivada por la carencia monetaria de los pobladores (no había dinero circulante), lo que les impedía realizar transacciones comerciales relacionadas con sus propios productos. Pese al intento de Banxico por sancionar a los creadores y a la iniciativa, el Túmin se ha propagado con gran éxito, permitiendo a sus usuarios adquirir bienes y servicios incluso a un precio menor, como incentivo. Poblaciones de más estados de la República como Chiapas, Tabasco, Puebla, Morelos y Edomex también usan esta moneda [18].
Utilizar las alternativas que brinda la comunidad del software libre
Por otro lado, en el mundo de la informática, tenemos un gran ejemplo de trabajo comunitario a través de las plataformas gratuitas financiadas por la comunidad, como Wikipedia, GNU-Linux, Mozilla-Firefox, F-Droid, las redes sociales como Mastodon, GNU-Social, Diaspora; el software libre en general. Como usuarios de estas tecnologías no sólo adquirimos el poder para liberarnos del espionaje que realizan las empresas como Facebook/Whatsapp, Twitter y Google, entre otras, sino que les impedimos enriquecerse a costa de nuestra vida privada. En nuestros dispositivos móviles podemos librarnos de los programas privativos adquiridos a través de los servicios de Google. De hecho, podemos desactivarlos completamente y con la ayuda de plataformas como F-Droid [20] y de aplicaciones como Yalp o Aurora, descargar los programas que necesitamos con el fin de minimizar el robo de datos. Recordemos que nuestros datos son la mina de oro de las empresas que nos brindan los servicios “gratuitos” y que, no sólo se enriquecen a nuestras expensas, sino que son capaces de influir en nuestro pensamiento y decisiones de vida [21, 22, 23].
Conclusiones
Podríamos decir entonces que cualquier proyecto encaminado a liberarnos de las redes tejidas por el sistema económico imperante y que nos atan de pies y manos para no actuar, es un proyecto social que busca emancipar a la población, regresándole el derecho a la libertad de decisión y de pensamiento para vivir con dignidad.
Cuantos más ciudadanos logren su independencia en más ámbitos de la vida, más pondremos en jaque a los grandes poderes que nos dominan. Cada paso que damos hacia la desobediencia civil, es un paso más que se da hacia la liberación de los condicionantes que los grandes poderes han impuesto sobre nosotros. Cuando un ciudadano decide dejar de usar Windows en su computadora y lo cambia por un sistema libre como GNU-Linux, da un paso más hacia su liberación; elimina el software espía, se libera de pagos por software privativo que no responde realmente a sus necesidades y que nunca llega realmente a poseer pues no se le permite revisarlo, modificarlo, copiarlo o compartirlo y extiende la vida útil de su hardware, ya que no se ve forzado a reemplazarlo a fin de instalar los programas más nuevos. En este sentido, evite comprar equipos con sistemas operativos privativos (Microsoft o Apple); en su lugar, compre una computadora ensamblada sin sistema operativo; ahorrará mucho (de 2 a 5 mil pesos) sólo por no tenerlo. En su lugar, instale algún GNU-Linux.
Con medidas tan sencillas como bajar limones de un árbol para hacer una limonada, nos liberamos de las grandes compañías que se dedican a la venta de bebidas saborizadas. Cada vez que elaboramos los productos que consumimos, nos liberamos de un gran número de industrias manufactureras que producen desde artículos de limpieza hasta comida. Cada vez que decidimos hacernos responsables de nuestras decisiones; que nos comprometemos con aprender y conocer los efectos de los productos que usamos o consumimos; pero sobre todo, cuando decidimos hacer cambios hacia la adquisición de hábitos que fomenten nuestra libertad, nos estaremos encaminando como sociedad hacia la auténtica liberación y soberanía popular.
La desobediencia civil pacífica y activa nos libera desde adentro, desde nuestras mentes. Nos obliga a ser responsables de nosotros mismos y de nuestras decisiones. Fomenta el conocimiento. Nos hace crecer como personas integrales, menos materialistas y emocionalmente más compenetrados con el planeta y todos sus habitantes.
Si usted cree que es libre por tener un “empleo seguro”, temo decirle que no hay nada más alejado de la realidad. De hecho, justamente “el empleo” es el sistema de remuneración más esclavista que existe en el modelo económico moderno. La figura 1 muestra un infograma que describe de manera cualitativa, las cuatro grandes categorías dentro del modelo económico vigente en muchos países del mundo. Los empleados, son la categoría que más resiente el peso del sistema tributario. Son los que pagan más impuestos en términos porcentuales (el ISR puede ser mayor al 40%) y en el ejercicio de la vida (IVA, IEPS), quienes tienen menos opciones para el retiro (que actualmente recae en un sistema privado de AFORES, en su mayoría) y quienes ganan menos y por consecuencia, tienen menos posibilidades de ahorrar, no sólo en términos del dinero que puedan tener en el banco, sino también, en términos del tipo de productos y la cantidad que pueden comprar. Cuanto más capacidad de compra, también hay más ahorro por los precios al mayoreo. Los siguientes, dentro de las categorías, son los autoempleados. Son todos aquellos que obtienen sus ingresos ejerciendo su profesión u oficio de forma independiente. Tal es el caso de los médicos, dentistas, psicólogos, artistas, deportistas, abogados, contadores, pequeños empresarios, etc. Ellos tienen un poco más de posibilidades para defenderse del sistema tributario pues ciertos gastos pueden ser utilizados para la deducción de impuestos. La siguiente categoría, los inversionistas, no es necesariamente independiente de las otras. Se puede ser empleado, autoempleado o empresario y a la vez inversionista. Los que pertenecen a esta categoría, básicamente prestan su dinero a empresas para realizar sus operaciones financieras o económicas. En las inversiones pueden haber pérdidas, ganancias o ninguna, dependiendo del tipo de inversión que se elija. Las más “arriesgadas” suelen tener ganancias mayores que las menos arriesgadas, pero también pueden tener grandes pérdidas. La ganancia obtenida de hacer inversiones tiene un impuesto relativamente bajo si lo comparamos con los impuestos pagados por empleados y autoempleados. Por lo general no pasan de una cifra porcentual (~ 2-5%, en muchos casos). Por último, se encuentran los empresarios. Con nuestro sistema económico actual, los empresarios son los grandes ganadores en la contienda económica. Pueden deducir impuestos de muchas maneras. La mayoría de sus gastos de operación pueden ser usados para tal fin. Comprar activos que les generen más dinero no sólo sirven para reducir sus utilidades (bajando así el pago de impuestos) sino para crecer como entidades empresariales. En muchas ocasiones, los gobiernos terminan concediéndoles muchos beneficios por hacer “buenos manejos” del capital nacional y por generar empleos: desde la construcción de vivienda popular, hasta la extracción de bienes del subsuelo. Esta es la crema y nata de la economía mundial. El sistema es perfecto para hacer más ricos a los ricos y más pobres a los pobres.
Por lo tanto, si es empleado, no se desanime. Véalo como una etapa transitoria y supérela lo más rápido posible. Si no puede ascender a la siguiente categoría, trabaje por independizarse del sistema siguiendo las pautas explicadas aquí, en lo general. Es por ello que se requiere que los empleados y autoempleados del mundo vean estas contradicciones, ya que sólo así seremos capaces de defendernos. El sistema económico no podrá ser cambiado con facilidad puesto que hay intereses muy poderosos en el medio. Por ello, la resistencia civil pacífica y activa es el principal medio que tenemos para hacer frente a sus constantes agresiones.
Con el paso del tiempo, cuando nos hayamos convertido en un pueblo consciente, podría incluso ser posible exigir que México comience una verdadera industria nacional, basada en la responsabilidad social. Que el modelo económico empiece a ser más comunitario o socialista y menos individualista o capitalista. Las empresas nacionales podrían proveer de bienes y servicios de calidad, acordes a nuestras necesidades como país. De momento, la tecnología a la que accedemos en su mayoría no es nacional; producirla aquí sería el paso final hacia la consolidación de una auténtica soberanía. La dependencia tecnológica es una de las formas más severas de dominación, pero para liberarse de ella, hay que empezar desde abajo, desde cada conciencia.
Como siempre, les invito a revisar las propuestas a partir de la gran diversidad de fuentes que nos ofrece ahora el Internet; a no quedarse con una idea tan corta como la que aquí se propone. Instruirnos e investigar es tarea de cada uno de nosotros. No lo dejemos pasar.
Quiero agradecer a la comunidad de la Red social de Política ConCiencia y en especial a @rpkampuchea, @huitlacoche, @josuedaniels48 y @monosatiupe por las maravillosas charlas y reflexiones que hemos tenido sobre estos temas y que inspiraron este texto. Además, agradezco a @monosatiupe y a @Ines por compartirme las imágenes de sus huertos domésticos y de donde elegí una para compartir aquí.
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Bibliografía
[1] https://es.wikipedia.org/wiki/Mahatma_Gandhi
[3] http://purificadoryalcalinizador.com.mx/instalacion-y-mantenimiento/
[4] https://rotoplas.com.mx/filtros-y-purificadores/
[7] http://www.eluniversal.com.mx/nacion/sabias-que-tomas-plastico-todos-los-dias#imagen-1
[8] https://www.youtube.com/watch?v=MJn7TdcavA4
[9] https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/301647/Doc_6_final.pdf
[11] https://www.oroyfinanzas.com/2017/09/nueva-detencion-manipular-precio-los-metales-preciosos-ee-uu/
[12] https://www.forbes.com.mx/manipulacion-del-precio-de-la-plata-exhibida/
[13] http://www.invertirenoroyplata.com/el-gobierno-de-usa-manipula-el-precio-de-la-plata/
[14] https://www.cmm.gob.mx/cmtienda/busqueda-resultados?web=1&category=3
[15] https://es.wikipedia.org/wiki/Criptomoneda
[16] https://www.oroyfinanzas.com/2015/02/origen-sistema-petrodolar-1/
[17] https://www.lacoperacha.org.mx/el-tumin-dinero-comunitario.php
[18] https://www.forbes.com.mx/como-una-comunidad-creo-una-moneda-que-funciona/
[19] http://www.excelsior.com.mx/nacional/2017/07/03/1164334
[21] https://periodicocorreo.com.mx/la-camara-y-microfono-de-tu-telefono-te-espian/
[23] https://www.animalpolitico.com/2018/03/5-claves-cambridge-analytica-facebook/
[24] Infograma realizado a partir de la información presentada en el libro: “Retírate Joven y Rico” de Robert T. Kiyosaki.
Excelente. Una gran manera de sintetizar un panorama alternativo para enfrentarnos al sistema opresor y depredador que consume nuestras vidas y nuestros espíritus cada vez más: tenemos que hacerle frente, sobre todo, como dice la autora, no consumiendo el sistema, o no tanto, o no completamente. Creo que los señalamientos que apunta son los indicados aunque también requieren voluntad y trabajo, como sembrar nuestros huertos o poner nuestra antena, pero tampoco son imposibles, con información y un poco de voluntad y paciencia están hechos; otros con inversión, pero todo vale la pena. Lo del agua es crucial: ningún ser humano debería pagar por el agua, es un crimen… Desconectarnos de la TV pero seguir informados con los alternativos; quitarle el dinero a los bancos, aprovechar las energías de la tierra y un largo etcétera de posibilidades. En lo personal, la opción que más me gustó fue la del trueque. Creo que debemos volver a esas andadas pues, todos sabemos algo que podemos aportar a otros y nadie merece pasar hambre, penurias o escasez. Que el trueque pueda ser material o inmaterial es estupendo. El ejemplo de las clases por una sesión de terapia, por ejemplo, es muy bueno: todo el mundo comparte su conocimiento, obtiene beneficios y el dinero no estuvo de por medio. Incluso en las zonas más desfavorecidas, van al médico y algunos conceden les paguen con huevo, fruta, leche o lo que tengan, y bueno, eso es un pago. Quizá yo no pueda enseñarte nada, pero si tú sabes inglés y yo necesito una clase , pero sé hacer panes de excelente calidad, te daría varios a cambio de tu clase. No te doy dinero pero te doy comida nutritiva por tus enseñanzas. Creo que la medida es justa y equilibrada, lo mejor, el dinero no es un límite y comenzamos a sobrevivir realmente por el valor de lo que sabemos a hacer. Sin duda así se fortalece el espíritu. En fin, hay mucho qué decir. Muchas gracias.