Ser ruso: Pável Dúrov
Nacido en Leningrado (actual San Petersburgo, Rusia) el 10 de octubre de 1984, Pável Dúrov se formó en filología inglesa en la Universidad Estatal de San Petersburgo. Asimismo, realizó estudios de programación, creando diversos proyectos en Internet que en sus orígenes estaban enfocados a los estudiantes, lo que le permitió generar conocimiento y experiencia en tales rubros. Fue así cuando en 2006, saltó a la fama junto con su hermano Nikolái por la creación de VKontakte (ahora VK o el “Facebook ruso”), traspasando las fronteras universitarias. Sin embargo, fue hasta 2013 que alcanzaron el éxito y reconocimiento mundial con el lanzamiento de Telegram, un servicio de mensajería cifrada que permite una comunicación libre y privada que sólo puede ser leída por el remitente y el receptor.
La creación de estas redes sociales (RRSS) y su similitud aparente con Facebook (FB) y Whatsapp (WA), hizo que a Pável se le conociera en occidente como “el Zuckerberg ruso”. No obstante, no hay nada más lejos de lo real: entre ambos existen diferencias sustantivas reflejadas en los valores que sostienen a sus plataformas.
Lo anterior no es trivial: es conocido que en la primera década del 2000, Dúrov se negó a proporcionar al gobierno ruso los datos de los usuarios de VK y a cooperar con los servicios de seguridad de Rusia, lo que mostraba su implacable convicción y compromiso con el derecho a la privacidad de las personas, así como con la libertad de expresión y comunicación, valores drásticamente contrarios a los de Mark Zuckerberg, quien favorece activamente la venta de los datos personales, así como su uso para fines de manipulación, tergiversación de la realidad y coacción, sin sufrir la mínima consecuencia por el empleo perverso con el que son utilizadas sus RRSS desde la cúpula de poder, lo cual tampoco es extraño: Zuckerberg es estadounidense, representa a cabalidad su status quo, está alineado por entero a los valores imperialistas, de control y manipulación masivos y Dúrov es ruso, un “hueso” autónomo y de convicciones difíciles de roer.
Recordar que en 2016, Cambridge Analytica recopiló los datos personales de 50 millones de perfiles de FB para manipular a los votantes e influir en el resultado de las elecciones presidenciales de EE.UU., descubriéndose a la postre que la utilización de tales datos para la manipulación a través de las RRSS de Zuckerberg empezó desde años antes y que continúa en la actualidad. No se deben olvidar los valores primigenios de Mark; en 2004, él mismo le ofreció a un amigo que si alguna vez quería información sobre alguna persona en Harvard se lo preguntara, pues él tenía miles de correos electrónicos, fotos, direcciones y RRSS. Ante la pregunta y sorpresa de su amigo respecto a cómo los consiguió, él contestó:
La gente simplemente lo envió. No sé por qué. Ellos confían en mí. Malditos idiotas.
Más perturbador resulta que todavía se los siguen enviando…
Una concepción tan implacable respecto al derecho inapelable a la privacidad y la libertad humana como la de Pável Dúrov, muy lejos de ser ‘el Zuckerberg ruso’, trae siempre consigo hondas complejidades en virtud de que una herramienta extraordinaria por sus alcances positivos para la comunicación instantánea, libre, segura y privada, puede, asimismo, ser usada para la maldad. Un ejemplo claro respecto a los roles positivos que ha jugado Telegram, y lo que lo puso en el ojo del huracán, es que a pesar de la descarada censura que occidente ha desplegado en contra de su propia población y de países como Rusia, fomentando con ello el pensamiento unilateral e impidiendo la capacidad de pensar críticamente cuando se puede acceder a todas las versiones de los hechos, Telegram permitió que la información que se ha querido negar e invisibilizar siguiera fluyendo a millones de personas alrededor de la Tierra, jugando un papel capital en contra de la desinformación y la censura, lo que convirtió a Dúrov en el próximo enemigo por vencer; nadie con poder mundial y con valores autónomos y no alineados a occidente puede ser auténticamente libre. Dicho con otras palabras: a ningún ruso poderoso y no alineado le permitirían andar en libertad.
En la reciente entrevista que el periodista estadounidense Tucker Carlson le hizo a Pável Dúrov en su The Tucker Carslon Show (16 de Abril de 2024), éste se refirió, entre otras cosas, al excesivo escrutinio que sufre Telegram por parte del FBI y los servicios de seguridad estadounidenses, al hostigamiento de sus ingenieros incitándolos a traicionarlo y a entregar los códigos de encriptación de su red social, así como al acoso que sufre él mismo, quien ha sido presionado en diversas ocasiones por parte de los agentes del servicio de inteligencia, describiendo la experiencia completa como “alarmante”. Se trataba, pues, de una bomba de tiempo.
El sábado 24 de agosto, apenas cuatro meses después de dicha conversación, “Pável Dúrov fue detenido al bajar de su avión privado en la pista del aeropuerto de París-Le Bourget por la Gendarmería de Transportes Aéreos en razón de una orden de búsqueda francesa emitida por la oficina de menores (OFMIN) de la Dirección Nacional de Investigación Criminal francesa sobre la base de una investigación preliminar”, según apunta Russia Today en español (RT Español: 28 de agosto 2024). “La Justicia francesa considera que la falta de moderación y la cooperación de Pável Dúrov con las fuerzas del orden, así como las herramientas que ofrece Telegram (número desechable, criptografía, etc.), le convierten en cómplice de tráfico de drogas, delitos de pedofilia y fraude” (RT Español: 24 ago 2024). Si se lo piensa bien, no obstante, resulta disparatado el tamaño de la acusación, pues el cofundador de Telegram no es responsable de las prácticas que algunos usuarios desempeñan por medio de su red social.
Lo anterior permite la reflexión a propósito del martillo: no acusas al inventor de una herramienta para clavar y sacar clavos porque esta ha sido utilizada para asesinar, sino que señalas y castigas al que la utilizó para tal fin. El martillo no fue creado para matar como tampoco Telegram. El problema, entonces, no es la herramienta sino cómo ciertos individuos particulares la utilizan, de la misma forma que lo hacen con las RRSS occidentales y con cualquier otra. Pensar en lo siguiente: ¿cuántos niños y niñas o adolescentes han sido engañados, extorsionados, secuestrados, violados y hasta asesinados por un depravado sexual que los engaña tras un perfil atractivo de FB, haciéndose pasar por un amigo de su edad? ¿Y cuáles han sido las consecuencias de esto para Zuckerberg? Ninguna. Para el caso de Telegram, el problema es que Pável Dúrov es libre y autónomo, tiene valores propios y no está alineado; el problema, sobre todo, es que Pável Dúrov es ruso.
Por ejemplo, recientemente la ONG Valientes Colombia a través de su cuenta de X, emitió una advertencia a los padres de familia, tutores y demás responsables de niños y niñas que decía:
No publiques fotos o videos de niñas, niños y adolescentes. Este año hemos recibido 80 reportes de perfiles en redes sociales que roban las imágenes de niñas, niños y adolescentes de los perfiles de los padres, madres, cuidadores y colegios, y las exponen sexualmente a pedófilos, incluso si no hay un comportamiento sexual en la foto: niños en uniforme, patinando, lactando…
Si bien es un acto incauto, por decir lo menos, que los padres exhiban a sus hijos en las RRSS, olvidando lo que la más simple fotografía de un pequeño o pequeña puede provocar en las mentes más enfermas, ¿a quién se debe juzgar aquí? ¿A los dueños de las RRSS, a los niños, a las niñas, a los padres, a las madres o a los abusadores? Es mi humilde opinión que la primera responsabilidad recae sobre aquellos que no tienen ningún derecho de exponer y arriesgar a los más vulnerables por unos “likes” y, en paralelo, a los que se aprovecharon. Dicho lo anterior, puede observarse que el problema es el uso que se le da a las herramientas y no las herramientas en sí mismas. Más aún, la problemática de fondo es la falta de cultura informática que permitiría comprender lo que realmente son e implican las RRSS, sus verdades, ventajas y capacidades toda vez que sus mentiras, límites, riesgos y enormes peligros. De hecho, es menester subrayar que, para fines de seguridad absoluta, ninguna RRSS lo es, lo que incluye, por supuesto, a Telegram. Empero, conviene a la oligarquía mundial que permanezcamos en la ignorancia, pues sólo así nos controlan con penosa facilidad. Si usted quiere estar fuera de todo peligro, lo mejor es prescindir de ellas. Sin embargo, la cuestión de fondo ahora es otra: a Dúrov se le acusa porque la “justicia” considera que es un delito su falta de “moderación y cooperación” con las fuerzas del orden (occidentales); es decir, que es ilícito que Dúrov se niegue a vulnerar la privacidad de los usuarios de Telegram, un derecho humano en sí mismo; Dúrov, por lo tanto, comete el crimen de respetar los derechos humanos más elementales. El mismo Telegram ha dado un comunicado en donde subrayan que su plataforma “cumple con la legislación de la UE, incluida la Ley de Servicios Digitales: su moderación se ajusta a las normas del sector y mejora constantemente.”
Por su parte, el empresario Kim Dotcom, ex propietario de Megaupload, se manifestó en sus RRSS para referirse a la detención de Dúrov:
La represión contra la libertad de expresión se intensifica. El fundador de Telegram, Pável Dúrov, ha sido arrestado en Francia. Los servicios de inteligencia occidentales quieren acceder a los mensajes privados de Telegram […] La privacidad no es un delito, es un derecho humano básico consagrado en la Carta de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Las agencias de espionaje Five Eyes (Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda) son las que más violan el derecho humano a la privacidad. Son la mayor conspiración criminal del mundo.
Otra muestra de la complejidad que supone los modos en los que se puede usar cualquier herramienta, es la siguiente. Recientemente, Tucker Carslon entrevista a Mike Benz (28 de agosto de 2024), exfuncionario del Departamento de Estado (de EE.UU.,) y especialista en comunicaciones internacionales y tecnologías informáticas, actual director de Foundation for Freedom Online, organización que defiende la libertad de expresión en línea. Dice así:
[Telegram es] un vehículo muy poderoso con el que el Departamento de Estado puede movilizar protestas e incitar apoyo político contra países autoritarios. […] Esta es la razón por la que el Gobierno de EE.UU. amaba tanto a Telegram […]. Porque era esta poderosa forma de evadir el control estatal sobre los medios de comunicación o la vigilancia del estado sobre los chats privados debido a las funciones privadas y el reenvío anónimo. Todas estas características únicas de Telegram permiten que grupos o disidentes políticos financiados por EE.UU. consigan decenas de miles de personas para su causa con relativa impunidad. […] El problema es que Telegram también es un campo de juego abierto porque Pável [Dúrov] no ha cedido [el control] ni a Estados Unidos ni a Rusia. También ha permitido que se propague la propaganda rusa, y esto es un problema ahora mismo […] [para] Ucrania.
De hecho, Gueorgui Lobushkin, exportavoz de Pável Dúrov, dijo en una entrevista que concedió a RT que “este arresto significa solamente lo mejor para la reputación de Telegram [y la de Pável Dúrov]” (RT Español: 26 de agosto de 2024), haciendo hincapié, además, que su captura poco tenía que ver con Francia sino con EE.UU. Tiene razón en ambas cosas, el apresamiento de Dúrov muestra cuán fiel ha sido éste a los valores de libertad y privacidad y lo bien que lo han hecho; y, su detención en Francia, refuerza, una vez más, a quién obedece el país galo… Con todo, lo anterior evidencia que en las entrañas del caso no sólo están los valores tras un Telegram libre, privado y autónomo, sino que Pável es ruso y se ha negado a cooperar con occidente y sus serviles, una diferencia fundamental con Zuckerberg, que ha servido a los intereses del gobierno estadounidense, de los servicios secretos y de los privados durante años. Vale la pena poner de relieve que a pesar de que Dúrov igualmente se negó a cooperar con el gobierno y los servicios secretos rusos, éstos no lo persiguieron ni lo encarcelaron, precisamente en ese país en donde “se violan todas las libertades humanas y se reúnen todos los entes más despreciables del orbe”. De hecho, el gobierno ruso a través de su portavoz Dimitri Peskov ha emitido un comunicado en donde se manifiesta dispuesto a defender a Dúrov:
Esperamos que Dúrov tenga todas las capacidades necesarias para organizar su defensa legal. Naturalmente, dada su ciudadanía rusa, estamos dispuestos a proporcionarle toda la ayuda y asistencia necesarias […] [De no existir las pruebas en su contra] habrá un intento directo de restringir la libertad de comunicación. Y podemos decir que incluso una intimidación directa al jefe de una gran empresa. En otras palabras, se trataría de política, algo que el señor Macron ha negado. (RT Español: 27 de agosto de 2024).
A pesar de todo, es probable que Dúrov pensó que, dadas las condiciones actuales, ser ruso, empresario y estar en Rusia eran su mayor problema, por lo que consideró que buscar otra nacionalidad sería su salvación, errando, de tajo, no sólo la estrategia sino la elección, pensando que estaría a salvo con uno de los principales lacayos de EE.UU., que es Francia, un yerro tan grande que podría ser atribuido sólo a su juventud (39 años), a la sensación de poder e invulnerabilidad, a las posibilidades que brinda una capacidad económica como la suya y, por supuesto, a una comprensión equivocada respecto a su posición en el mundo como un ciudadano auténticamente ruso. El mismo Dmitri Medvédev, expresidente de Rusia y actual vicepresidente del Consejo de Seguridad del país, dijo en su canal de Telegram:
Calculó mal. Para todos nuestros enemigos, ahora comunes, él es ruso, y por lo tanto impredecible y peligroso. De una sangre diferente. Ciertamente no es Musk ni Zuckerberg (quien, por cierto, está cooperando activamente con el FBI). Dúrov debería entender por fin que no se puede elegir la patria, ni tampoco los tiempos.
Para el día 28 de agosto, Dúrov fue liberado bajo fianza de 5 millones de euros, prohibiéndosele su salida del territorio francés y condicionándolo a presentarse dos veces por semana ante la policía. La continuidad del procedimiento en su contra se mantiene y, como por arte de magia pero sin ninguna novedad, surgen nuevas acusaciones en su contra que incluyen violencia hacia uno de sus hijos. ¿Qué queda? Mirar con mucha atención lo que está por venir. ¿Pável Dúrov será defendido por la sociedad como lo fue Julian Assange? Ojalá, mas tengo serias preocupaciones al respecto, porque en los tiempos que corren, si bien podemos rastrear esto desde la Segunda Guerra Mundial por lo menos, ser ruso es el problema para los buenos occidentales, por lo que sufren de rechazo, estigmas, racismo y discriminación continua, masiva e injustificada, impuesta a piedra y cincel por parte de occidente y su infinita hipocresía. Por esto y más, amparar a Dúrov y a los valores que con valentía ha defendido a lo largo de los años es clave, porque gracias a estos, todos aquellos que creemos en la libertad de expresión y la privacidad, valorando el flujo de la información en libertad, hemos sido favorecidos de manera sistemática por su red social, lo cual no es peccata minuta. Así como la humanidad se favoreció de la libertad de prensa de Julian Assange y abrió los ojos, lo hemos hecho de la libertad que una herramienta como Telegram nos ha brindado para conocer las otras caras del Planeta. Quien pueda ver el valor de ello en estos tiempos de obscurantismo, comprende por qué es imperante la libertad de Pável Dúrov y su defensa.